Plettenberg Bay, Sudáfrica

Plettenberg Bay ha sido bestial

Hoy ha sido uno de los mejores días en Sudáfrica. Casi, casi casi casi, casi no hemos echado de menos Barcelona, su internet de fibra óptica y el microclima causado por la alta contaminación. ¿Y dónde ha sucedido tal espectáculo? ¡En Plettenberg Bay! Un pueblo grandecito con unas cuestas de la parra, con moderados armed response y que da directamente a la playa.

Vamos a describir este bonito día como lo hacen los bloggers típicos de los que siempre queremos diferenciarnos. Hoy, no somos nadie. Basta ya de decir que viajar no mola... aunque mañana lo volveremos a hacer.

El tema es que hemos pasado dos noches en un albergue para mochileros bastante guapo que se llama Albergo for Backpackers. Está en el centro del pueblo, al lado de restaurantes bestiales, y aún más importante, un supermercado grandecito. No os lo hemos contado, pero vamos al súper dos o tres veces al día. Como estamos del rollo minimal, que está tan de moda, cuando no te falta crema solar te falta un mechero. Mira, dos conceptos que tienen en común el quemarse, que es como estoy yo ahora, con la piel al rojo vivo del solecito que cae por aquí.

Al rollo: uno de los must de Plettenberg Bay es la reserva natural Robberg. Está a 7 kms del albergue. Playa a través. Vamos, que como pintaba genial ir andando y a ver qué encontrábamos, pues lo hemos hecho.

Y ha sido bestial.

Al llegar a la playa, hemos visto que había un montón de gente en la orilla. Al cabo de unos minutos, hemos visto como alguien entraba al agua corriendo, y salía con un pez, cachondeándose muy fuerte. ¡Pescan con las manos! Al cabo de un rato, hemos hablado con un local, o nos ha hablado él, porque aquí a la que miras a alguien te explica su vida en medio minuto. Nos ha explicado que él lleva cinco años viniendo a pescar a esta playa, y que nunca había visto algo tan loco como lo que estaba pasando hoy. Se ve que el agua estaba tan fría, que los peces salían del mar. Applause! Y claro, a la que se avistaba un pez, ya había alguien corriendo para atraparlo. Ha sido muy loco. Pensad que yo soy bastante de ciudad. No entiendo mucho por qué a veces lo llaman pescado y a veces pez, porque yo siempre lo he visto o en un plato o en el acuarium de Barcelona. ¡Oh, Barcelona! ¿Aún piensas en mí?



Llegados a la reserva natural, hemos flipado de que es muy cuqui y tal... pero claro, ya es lo que te esperas de una reserva. Cosas increíbles, pero llega un momento que es difícil sorprenderte. Pues bueno, aquí hemos alucinado. En medio de la reserva, cuando te encuentras a unos 100m de altura, te encuentras con un camino de arena fina, de playa, que transcurre haciendo altibajos y termina directamente en la orilla del mar. Piensas que esa arena la han traído en helicóptero o algo así. Como el camino hace unas pendientes bastante fuertes, puedes bajar por las dunas corriendo, en ese punto que no sabes si estás riendo de que lo estás pasando genial, o porque sabes que si te caes, vas a hundirte en la arena mientras haces volteretas sin control. Bestial, bestial. Mira que somos aburridos, pero os recomendamos que dejéis lo que estéis haciendo ahora mismo (¡cerrad el Chrome!) y vengáis 'paquí. ¡Ah! Os hemos hecho una ruta de Wikiloc para que lo tengáis fácil, ¡así que a comprar un vuelo!



De vuelta al albergue, de nuevo por la playa, ya casi no quedaba nadie pescando. Todos los peces locos ya estaban congelados o cocinados. Total, que estábamos bastante solos, y nos quedaban unos 7 kilómetros por delante. Pintaba largo. Cansado. Pero nope.

¡Nos hemos encontrado un pez globo! Y el story está siendo una revolución en nuestro Instagram.

¡Nos hemos encontrado un pez gato! O eso nos han contado, y dicen que la aleta superior era venenosísima. ¡Uuuuh!

¡Nos hemos encontrado un tiburón pequeño! ¡Con una cara de mala leche de cuidao! Como estaba varado en medio de la orilla, nuestro impulso benevolente, hippie y mochilero nos pedía que de algún modo lo lleváramos al agua... pero no habían pelotas de tocarlo. Así que lo hemos estado mirando y también asustando a las cigüeñas de por allí hasta que ha llegado una ola y lo ha salvado. Pero la mirada de tiburón asesino... uf. Acojone.



¡Nos hemos encontrado un montón de focas! ¡Pero focas de verdad, de las que nadan y saltan y viven salvajemente en el final del desfiladero de Robberg! Y nos hemos quedado loquísimos al ver lo rápido que nadan. Parecen delfines. Si eres miope o tomas Lariam, seguro que puedes confundirlas y todo.

¡Nos hemos encontrado una araña que ha salido de debajo de la arena! ¡Ugss! ¡Casi la piso!

¡Nos hemos encontrado a un pez más feo que mandar a la abuela a por droga!



¡Nos hemos encontrado una serpiente mediana! Pero eso fue el otro día. Se me quedó mirando, y cuando se acercó un poco con su lengua de szszszszserpiente me moví hacía atrás y me caí, como en las pelis.

¡Nos hemos encontrado una serpiente enorme! Y aunque también fuera el otro día, era negra y gorda y grande y ¡uf! Qué acojone.

Total: venid a Plettenberg Bay. Es difícil decir que qué palo turistear sin prisa y hacer el cachondeíto de "mierda, otra vez lunes" cuando ves lugares y animales tan alucinantes como los que hemos visto hoy.

¡Que cerréis el Chromeee!




Este post lo empezamos a escribir en Plettenberg Bay, Sudáfrica

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