San Pedro de Atacama, Antofagasta, Chile

Chile en 48 días de mochileo

La laguna Miñiques, una de las lagunas altiplánicas en la zona del desierto de Atacama

¡Pues con la broma ya llevamos más de un mes y medio en Chile!

Como Chile es tan caro, encontrar una ruta relajada por estos lares no es cosa fácil. La mayoría de gente viene dos o tres semanas a Chile, y tienen que hacer las cosas con muchísima prisa... así que en este post vamos a contaros por dónde nos hemos movido nosotros, con nuestro plan inquieto pero sin prisas extremas. Ya sabéis, con la posibilidad de perder el tiempo hablando con ese o aquel, visitando cosas que te cuentan los chilenos sobre cosas que a lo mejor no salen en la Lonely Planet... nuestro rollo desenfadado antiviajero. ¡Ah! Y si tenéis un poco más de prisa que nosotros, que es normal, os lo diremos... porque hay sitios en los que nos hemos pasado demasiado tiempo, y no hace falta que tropecéis con la misma piedra.

Por cierto, para situaros un poco en contexto: nosotros llegamos a Chile des de Nueva Zelanda, y era la primera vez que pisábamos Latinoamérica. Nos esperábamos disparos, secuestros... lo típico. Y ya os lo contamos en la guía de viaje que no podéis dejar de leer, que nada más lejos de la realidad.

En este post vamos a poner un montón de fotos, links, precios... todo lo que recordemos. ¡Sé curioso! Los links van a llevarte a Google Maps, así que vas a ver cómo son los alojamientos que hay en Chile, qué tipo de comida se sirve en los restaurantes... e intenta no agobiarte mucho. La única parte un poco difícil de este viaje es la parte de Patagonia, pero el resto, simplemente es muy cara. ¡Uh!


Valparaíso. 7 días.

Tal como aterrizamos en el aeropuerto de Santiago de Chile, nos subimos a un autocar y nos fuimos directos a Valparaíso, sin pisar la capital. Las capitales normalmente son una turra, así que si no las pisamos, eso que nos ahorramos. ¡Y así llegamos a lo que los chilenos conocen como Valpo!

Tras un año y pico hablando en inglés cono todo el mundo, decidimos pasar una semana en Valparaíso para aclimatarnos, y fue una idea genial. En Valparaíso vivimos vida en las calles, las plazas, gente muy buenrollera, mucho ambiente de barrio... y para ponerle la guinda al pastel, el fin de semana organizaron un festival de jazz dónde hubo un ambientazo, y además, gratis. ¡Y qué cervezas!

El turisteo que se hace en Valparaíso es visitar los distintos cerros. Os preguntaréis qué es un cerro. Como nos contó nuestra host de AirBnb, "un cerro es un cerro". Para los chilenos, un cerro es una montaña, sea de la altura que sea. Pues bien, Valparaíso tiene el encanto de que la mayoría de la ciudad está en los cerros, a los que se accede pateándose una subida de cuidao', o subiendo con unos ascensores del año de la catapún bastante bonitos, y por lo que te cobran miseria. Si quieres buscar alojamiento o fotos incluso más cuquis que las nuestras, el cerro más turístico es el bienllamado Cerro Alegre.


Cuando nos aburrimos de tanta vida callejera, colores, graffitis y vida urbana, volvimos al aeropuerto de Santiago, y volamos hasta

Puerto Montt. 1 día.

Aunque sólo fuimos a pasar la noche. Nosotros teníamos entre ceja y ceja ir a Chiloé y desde ahí a la Patagonia, así que en Puerto Montt estuvimos muy de paso. Lo mínimo para ir, al día siguiente, hacia Castro, la ciudad principal de Chiloé.

Más tarde, durante el viaje, mucha gente nos recomendó que alquiláramos un coche en Puerto Montt y fuéramos a Puerto Varas, las cascadas de los Saltos de Petrohué y al volcán Osorno. Para nosotros ya era tarde, ¡pero para tí no lo es! Como Chiloé nos aburrió un poquitín, a lo mejor sí que es buena opción, y luego bajar hacia la Patagonia por la Carretera Austral.

Castro. 5 días.

Bueno, volviendo a nuestra ruta: ¡Castro! Le ponemos exclamaciones para que no sea tan aburrido. Para nosotros fue la primera ciudad un poco alejada de la urbanización, de modo que tuvo su encanto, pero haciendo retrospectiva un mes más tarde, no fue muy especial. A lo mejor no nos lo supimos montar bien. Lo bonito de Castro y de la Isla de Chiloé en general es la cultura chilota. Durante el verano chileno, hacen fiestas costumbristas por los distintos pueblos de la isla, y se ve que es muy bonito, se conocen las tradiciones locales... pero nosotros fuimos a hacer la turistada, y no nos salió bien. Fuimos al Muelle de las Almas, a la zona de Cucao del Parque Nacional de Chiloé... y bueno, mediocrín. No estuvo mal, pero tampoco merece un vuelo a Chile, que digamos. Aquí la ruta en Wikiloc por el Parque Nacional, para que te hagas una idea de lo que vas a ver.

Haciendo memoria, hay algo que sí que nos encantó de Castro: su gastronomía. Si estás por aquí, tienes que cenar un par de días en al Mercadito de Chiloé, un restaurante tradicional, guiri, y de calidad extraterrestre para probar la cocina local. También fuimos a la Cevichería de Espacio Palafito, y nos encantó el plato estrella, pero como nos dijo nuestro amiguísimo real-voyager Aitor, no sería el mejor que comeríamos en todo el viaje. Pero claro, si no vas a viajar a Perú... ¡es lo que hay!

Desde aquí nos convencimos de ir en barco hasta Puerto Cisnes, el pueblo que sería nuestra vía de entrada a la Patagonia real. Tras comprar los tickets en la web oficla de Naviera Austral, decidimos movernos a Quellón, desde dónde salía el barco.

Quellón. 2 días.

Nuestro plan en Quellón era ir al Parque Nacional de Tantaúco, pero nuestro host de AirBnb nos dijo que era carísimo, y que si no acampábamos y nos pasábamos un montón de días en el parque, no era nada del otro mundo. Así que disfrutamos de la cabaña que nos alquiló, y estuvimos un par de días del relajeo. ¿Lo mejor de Quellón? ¡De nuevo, un restaurante! Se llama Taberna Nos, pero no lo hemos encontrado en Google Maps. Lo regenta un gallego que hace un pulpo a la gallega de infarto, y está exactamente aquí.

Como nuestro ferry salía a la 1:00 de la madrugada, hicimos tiempo con nuestro host de AirBnb, y a las tantísimas nos acercó al embarcadero. Y hacía un frío...! Como somos muy prudentes con el hambre nos preparamos un tupper, pero la gente comía empanadas que vendían en el propio ferry.

A todo esto, el ferry tiene la fama de tener vistas espectaculares por los fiordos chilenos... pero a nosotros nos llovió, había niebla... un poco fracaso. También dicen que se ven delfines durante las primeras tres horas. ¿Cómo que durante las primeras tres horas? ¡Sí amigo! El trayecto de Quellón a Puerto Cisnes dura unas 16 horas. Más información, en el detalle de la ruta Cordillera de la web del ferry.


Puerto Cisnes. 4 días.

Por fin en la Patagonia: ¡empieza la fiesta! A partir de aquí te confesamos que aunque parezca que estuvimos un montón de días en cada sitio, como mínimo deberías estar tres días por pueblo. Llegar te roba unas horas, moverte hasta lo que realmente quieres ver otras tantas, a veces no hay autocar para el día que tu quieres... así que si aceptas un consejo, en la Patagonia tómatelo con calma.

En Puerto Cisnes hay muchas nubes y mucha lluvia


Volviendo al tema: Puerto Cisnes es un pueblo muy pequeño donde no hay mucha vida. Fue nuestra puerta para ir al Ventisquero Colgante, el glaciar colgante que hay en el Parque Nacional de Queulat. No es un imperdible, porque en las próximas líneas vas a poder pisar un glaciar por tí mismo, pero es una excursión con vistas bonitas, y además, relativamente barata. Entre el transporte y la entrada al parque costó unos $20.000 por persona. ¡Oh! Te dejamos aquí nuestra ruta en Wikiloc, para que le des un vistazo a las fotos.

El Ventisquero Colgante al fondo, y nosotros a contraluz. Yeah.

Coyhaique. 5 días.

Bienvenido a la ciudad más grande de la zona patagónica. Eso no la convierte en una ciudad enorme, pero sí que hay ciertos servicios que no hay en otros lugares, como por ejemplo, cajeros. También pudimos comprar un par de pares de zapatillas deportivas, porque las que teníamos tras un año de viaje no estaban a la altura de la naturaleza patagónica.

Cerca de Coyhaique hay un Parque Natural al que se llega en taxi desde la ciudad. La entrada vale $3.000 por adulto extranjero, y el taxi hasta allí, unos $5.000. No es algo fuera de lo normal, pero por lo que vale, te das una vueltecita por el monte patagónico. Pero bueno, que lo mejor está por llegar. Aquí nuestra ruta de Wikiloc con las fotillos.

Anna tocando el musguito que sale en las rocas


Algo que siempre recordaremos de Coyhaique será el alojamiento: Aire Patagón, el hospedaje de la señora Rina y su familia. Siempre recordaremos a Antonia, su nieta: ¡MIAU! Vale $12.000 por persona, y tienen un montón de habitaciones. ¿Y para comer? El Capitán, un restaurante de barrio con un menú de $5.000. ¡Bien!

Puerto Río Tranquilo. 3 días.

Ahora sí que sí, una de las joyas de la corona. Prepara el bolsillo, porque vas a ver cosas que seguramente no vas a ver en otros lugares, joven mortal.

La primera: las Catedrales de Mármol. Como somos tan atrevidos y diferentes, no te vamos a dar la turra que puedes encontrar en Wikipedia, pero es una visita obligatoria. Hay dos tours, el de hora y media por $10.000 y el de dos horas y media por $20.000. El de dos horas y media, además de los tres islotes más típicos, también te lleva a la zona de mármol cerca de Puerto Sánchez. Te ponemos la ruta de Wikiloc con millones de fotos, pero toda foto se queda corta. Por cierto, nosotros lo hicimos con la gente de Mármol Expediciones, aunque todas las empresas que hay por ahí tienen que ser iguales. Nuestro guía no era increíble. Hacía bromas pero todo era bastante can pixa.


La segunda: visitar el Glaciar Exploradores. Nunca antes habíamos pisado un glaciar. Como mucho, habíamos visto los de Nueva Zelanda desde lejos, y dicen que vistos desde un helicóptero es muy bonito y tal... pero de ahí a pisarlo y ver las formaciones loquísimas que forma el hielo, uf... qué experiencia. Es una excursión que dura unas siete horas, aunque moviéndote sólo son cuatro. Una de aproximación, dos por el hielo, y otra de vuelta. Nos lo pasamos como bebés, y esperamos no olvidarlo nunca. ¡Se forman cuevas! ¡Entras por un lado de la cueva, y sales por otro! Y como las formaciones cambian tan rápido, realmente ves que los guías de diferentes empresas, que se conocen todos, van contándose qué han encontrado para que lleven ahí a su grupo. Muy emocionante. Nosotros lo organizamos con los chicos de Ecoturismo Exploradores y pagamos $80.000 por persona. Aquí la ruta de Wikiloc, para que te hagas una idea de por dónde es la excursión, y lo que vas a ver.


Por cierto, es difícil encontrar buen alojamiento en Puerto Río Tranquilo. Nosotros dormimos en el Hospedaje DelLago, y nos fuimos bastante enfadados. ¿Y comer? En el Casa Bruja, con un menú de $7.000, siempre a petar.

Cochrane. 4 días.

Cochrane es la siguiente ciudad grandecilla en la zona de la Patagonia. Le tenemos buen recuerdo porque dónde dormimos, en el Residencial Rubio, nos sentimos como en casa. $30.000 por noche en habitación matrimonial, desayuno incluido, derecho a cocina con cuchillos que cortan (eso cotiza alto) y un amor de host. Por otra parte, en Cochrane no encontramos ningún sitio genial dónde comer, y la excursión al monte nos la podríamos haber ahorrado...

Va, un poco más de detalle sobre el Parque Nacional de Tamargo: ir en taxi desde el centro del pueblo cuesta $4.000, y cada entrada de adulto, $5.000. Hay gente que va a hacer una travesía de varios días, y a lo mejor es espectacular. Pero lo que hicimos nosotros no valió la pena. Te dejamos aquí nuestra ruta de Wikiloc para que te hagas una idea.

Si el día hubiera sido más soleado seguro que el paisaje habría sido más bonito


¿Si Cochrane es tan ñordo, me lo salto, no? Pues no. No hace falta que estés aquí cuatro días, pero Cochrane es la puerta de entrada a Caleta Tortel, un pueblo precioso construido en un archipiélago. ¿Y qué lo hace tan especial? Pues sus no-calles. Los habitantes de Caleta Tortel se mueven de un lugar a otro a través de unas pasarelas de ciprés. ¿Dónde has visto tú eso, eh, eh eh? Por cierto, dormir en Caleta Tortel es caro y implica andar un montón con las mochilas a cuestas, y comer tampoco parecía muy buen plan... así que nosotros nos lo tomamos como una excursión de día desde Cochrane. Salimos de Cochrane en el primer autocar que encontramos, y volvimos con el último. Almorzamos un tupper en la orilla, y ese fue nuestro plan.


De vuelta a Cochrane ya iba planteándose la idea de dejar la Patagonia, porque estábamos cansados del frío y seguir bajando hacia Perito Moreno y Torres del Paine se iba del presupuesto más de lo que nos podíamos permitir. Así que compramos vuelos de Balmaceda (cerca de Coyhaique) a Calama (cerca de San Pedro de Atacama), y así empezamos nuestro lenta vuelta hacia Coyhaique. ¿Y cómo nos lo montamos para no deshacer lo andado? Pues yendo a otra joyita patagónica, Chile Chico. El autocar nos costó $13.000 por persona, uno de los autocares más caros que pagamos por la zona.

Chile Chico. 4 días.

Chile Chico es un pueblo que cae cerquísima de la frontera con Argentina, y que dicen algunos chilenos que tiene un microclima. Aunque nuestro guía dijo que no...

Aquí disfrutamos del hospedaje que nos ofrecieron las Cabañas Lafken, de su cocina, y de un tour al parque de Jeinimeni.

Es una excursión físicamente muy asequible, con unas vistas fantásticas, y que a parte de la explosión de naturaleza en sí, te lleva a unas cuevas dónde alguien, hace miles de años, dejó sus manos pintadas. Nosotros lo organizamos con Ecotour Jeinimeni, la empresa que hay en el centro del pueblo. ¿Y la única? Costó $25.000 por persona, y aquí os dejamos la ruta de Wikiloc con las fotitos. Por cierto, había quién hacía la excursión por libre, pero la verdad es que sin el guía que te explica todo lo que ves... tiene que perder mucho. A no ser que seas guía turístico y que hayas estudiado algo relacionado con la geología, flora, fauna e história de la zona, claro. ¡Ay po, que chistosos los de antiviaje!


Para volver a Coyhaique hay un barco que te lleva de Chile Chico hasta Puerto Ibáñez por unos $2.000, y desde ahí salen autocares hacia Coyhaique por $6.000. Todos los autocares están esperando a que llegue el barco, así que no te quedarás sin y no hace falta reservar el autocar. ¡Pero sí el barco!

Coyhaique. 3 días.

De nuevo en Coyhaique, nos volvimos a hospedar en Aire Patagón y a comer en El Capitán. No queríamos demasiada aventura... así que dejamos los días volar. Y hablando de volar, el último día nos subimos a un avión hasta Santiago de Chile, y a otro hasta Calama. Y de ahí, un transporte hasta San Pedro de Atacama. Fue un día movidito.

San Pedro de Atacama. 10 días.

¡Bienvenido al norte chileno! Esto es como un mundo a parte. Acostumbrados al frío constante de la Patagonia, estar a 25 grados durante el día es un lujo. San Pedro de Atacama es un pueblo súper centrado en el turismo, y este auge se personifica en la calle Caracoles.

Antes de empezar a contarte todo lo que hay por hacer, te diremos dónde sobrevivimos. Nos hospedamos en el hostal Piedras Rojas por $28.000 la noche con cama matrimonial y baño privado. Y comimos menús vegetarianos de $5.000 en la Estrella Negra, menús peruanos de $4.000 en el Rinconcito Peruano, y unas pizzas deliciosas de unos $12.000 en la pizzería El Charrúa.

Ahora que ya te tenemos sobrevivito y coleando, viene la fiesta: San Pedro es la base para hacer mil cosas en el desierto y el salar. Hay unas tres excursiones de un día en bici, como unos 10 tours de día entero, ascensiones de dos días al volcán Licancabur, medio día haciendo sandboard... de todo. Si vienes con una cartera gruesa y mucho tiempo, a lo mejor te lo acabas, pero seguramente tendrás qué elegir qué hacer. Para tener una idea de todas las actividades más típicas que hay nosotros encontramos la web de este hotel pijín que no conocemos, pero que introduce los tours muy bien. Nosotros, entre pitos y flautas hicimos cinco actividades diferentes.

Te las ordenamos de más genial a menos genial, aunque no nos arrepentimos de haber hecho ninguna de ellas.

Bueno, acabamos de intentar hacer el ejercicio de ordenar los tours de más a menos... y ha sido imposible. Todo ha sido igual de genial. Lo ordenaremos por order cronológico: lo primero lo que hicimos antes, y lo último lo que hicimos al final, ¿vale?

Parque Nacional Catarpe

Lo primero que hicimos fue alquilar unas bicicletas para un par de días, y irnos hacia el norte, al Parque Nacional Catarpe dónde hay la Garganta del Diablo, un túnel en desuso que une el parque con el Valle de Marte, una iglesia abandonada... y mil cosas que no pudimos ver. El alquiler de medio día de bicicleta vale $6.000, y el día completo, $12.000. Y la entrada al Parque, $3.000 por persona.

Nos encantaría contarte mil cosas del lugar, pero saliendo del tramo de la Garganta del Diablo se nos rompió la cadena de la bici, y tuvimos que volver a San Pedro en la parte trasera de una pick-up de una familia local que pasaba por ahí. ¡Que suerte de que nos salvaran! Total, que sólo vimos la Garganta del Diablo, aunque ya valió la pena. Mirad nuestras fotos, video y ruta en Wikiloc, y además, las fotos que ha hecho la gente en la ubicación de Google Maps.

Valle de la Luna

Al siguiente día, con el culo un poco adolorido por el día de pedaleo anterior, nos fuimos bien temprano al Valle de la Luna en bicicleta. Un espectáculo. De nuevo toca mirar fotos, video, fotos de la ubicación de Google Maps, de nuestra ruta en Wikiloc... la entrada al parque cuesta $2.000 por persona. Por cierto, si no te va lo de moverte en bici, en el pueblo hay tours por $18.000 por persona, entrada al parque a parte.


Géiseres del Tatio

¡El espectáculo de la naturaleza! A unos 80 kilómetros al norte de San Pedro hay la zona de los Géiseres del Tatio. El guía nos contó que tristemente, los real geysermans islandeses no consideraban que esos géiseres fueran géiseres como tal porque el agua no salía tan proyectada como debería, pero a nosotros no nos importó lo más mínimo. Contratamos el tour con la gente de Whipala, una agencia del centro de San Pedro, y lo recomendamos un montón. Costó $24.000 por persona con la entrada al parque a parte, que era $10.000 por persona.


Tour Astronómico

Uf, el tour astronómico, qué experiencia. Mientras peladeábamos por el Valle de la Luna conocimos a Alodia, una chica riojana que nos propuso ir con ella y su amiga al tour astronómico que una chica que conoció en Bolívia le recomendó. Por supuesto, dijimos que sí, ¡y suerte que lo hicimos!

El tour lo hicimos con René de Gastro, una miniempresa un poco inaccesible que no tiene tienda en la calle Caracoles, y sólo se puede contactar por WhatsApp (+56 9 9504 8152) o a través de su página web. Es una joya oculta. René hizo una explicación súper interesante del cosmos, con mucho detalle, contestó a todas nuestras preguntas... y el tour incluía una cena a la altura del genial pisco sour y vinito al que nos invitó. Vale $20.000, y vamos a recordarlo toda la vida.

Alodia, Gloria, Anna, Roc y el cielo desde el hemisfero sur

Lagunas altiplánicas

¡Nuestro último tour por Atacama! La verdad es que lo hicimos porque queríamos ver flamencos, y alguien nos contó que en la Laguna Chaxa, incluída en este tour, los veríamos. ¡Y sí! Este tour era muy contemplativo. Te llevan a las dos lagunas altiplánicas, Miñiques y Miscantil, a la Laguna Chaxa del propio salar de Atacama, y a un par de pueblecitos. De nuevo, lo contratamos con la gente de Whipala, y costó $28.000 por persona y entrada a parques a parte, que fueron $5.500 más.




Tras eso, nos dedicamos un día a no hacer nada, escribir este post, hacer las mochilas, e irnos a Bolívia en el Tour de tres días por el Salar de Uyuni. Lo contratamos con la empresa Travel Latina, costó $100.000 por persona, y como aún estamos en la cama escribiendo este post, aún no sabemos cómo fué la experiencia. Y si somos coherentes, sí va bien o mal, lo tendrás que leer en la ruta que escribiremos de Bolívia!


Amigos, esperamos que esta pedazo de ruta os haya gustado un montón, os haya sido súper útil, Google nunca la borre de sus servidores, y sea un recuerdo de nuestra aventura por Chile para toda la vida. ¡Un abrazo, y felicidades por la decisión de visitar Chile!



Este post lo empezamos a escribir en San Pedro de Atacama, Antofagasta, Chile

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